LOS CÓDIGOS DE
MIGUEL
YO SOY EL ENVIADO DEL VERBO
Una Vara en el Desierto o Mundo Final
JUAN A
TRAVÉS DEL TIEMPO:
Al escribir las primeras letras doradas de este Mensaje a la
humanidad del tiempo
de la mentira, el terror y su guerra, los terremotos,
inundaciones y la hambruna global;
debo afirmar con mi presencia que YO SOY
JUAN ante los hombres finales. Jesús
me envía nuevamente ante la manada
pequeña para dar testimonio de estas cosas
ante los Sellos Vivientes y sus
Iglesias. Y vuelvo a testificar de Mi Señor de Días,
que Él es la raíz y el
linaje de Daivithai, la estrella resplandeciente de la mañana.
Que Él envió
el Espíritu del Universo y
vengan, oigan y digan
a todos los que tienen sed de espíritu y Justicia y quieran
tomar del agua de la vida gratuitamente; que ese tiempo ha llegado.
Yo, Juan, camino entre el tiempo de los hombres,
buscando y preparado a sus
mejores, así lo hice con Eliseo y con cada uno de vosotros, quienes al leer y comprenderme ahora, sienten que siempre han estado conmigo: “Partiendo él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto. Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías”(1 Reyes 19:19,20).
Este trabajo de
selección he realizando con vosotros durante encarnaciones,
y lo sabéis;
sentís mis palabras que llaman otra vez, para que estéis conmigo
y con mi señor de Días, del cual he venido a preparar su camino entre vosotros.
Desde las Edades, fui enviado a los hombres del Verbo de las
Creaciones; porque
Yo Soy desde su Principio y Yo participé de su Ley. Yo Soy humanidades:“Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz... Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo…” (Juan 1:6-6,15). A muchos he llamado, pocos han escuchado y son uno conmigo.
Así estoy otra vez entre el tiempo; porque de mi Vara y Palabras se
engendraron
los hombres de llamarlos: “Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista” (Mateo 17:10-13). Vuelvo para que se reencuentren con mis palabras, porque ellas les conducirán por el camino donde Yo preparo el cumplimiento final, en este momento que Nuestro Señor de las Eternidades y espíritu y del alma; se sienta para juzgar a los vivos y a los muertos: a vosotros
que me escucháis, os toma y coloca para juzgar a las 12
tribus de Israel que
han pecado contra los hombres y Mi Señor e irse con Satanás y sus demonios (Mateo 19:28).
Yo Soy
Ella,
por esto
nuestro Jesús en Mateo 11, dijo de mí: ¿Qué salisteis a ver al desierto?
¿Una caña sacudida por el viento? ¿A un hombre cubierto de vestiduras
delicadas?
He aquí, los que llevan vestiduras delicadas, en las casas de los
reyes del Dragón están.
¿Qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y
más que profeta. Porque éste es de
quien está escrito: He aquí, yo envío mi
mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu
camino delante de ti. De
cierto os digo: entre los que nacen de mujer no se ha levantado
otro mayor
que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor
es
que él.” Se me envió desde
porque desde
los días que vine a
de los cielos sufre violencia, los
violentos de Salomón y su tercer templo hoy lo
arrebatan. Yo, Juan, vine a
profetizar en aquel tiempo y todos los profetas de
el desierto; porque Yo,
Juan, soy Elías que había de venir y estoy con vosotros.
Yo, Elías, 14 profeticé y advertí; os di las señales de Satanás y su
mundo final
y vosotros las desechasteis. Os mostré cómo Lucifer, Satanás al
que adoráis
como “dios” de este mundo que construyó para vosotros, cómo fue
arrojado
de los Shielhos. Si, Profeticé Sentencia contra el rey de Babilonia,
la misma que
de
y las perseguía con crueldad. Toda la tierra está en reposo y en paz; se
cantaron
alabanzas. Aun los cipreses se regocijaron a causa de ti, y los
cedros del Líbano,
diciendo: desde que tú pereciste, no ha subido cortador
contra nosotros. El Seol
abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu
venida saliesen a recibirte, hizo
levantar de sus sillas a todos los
príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones.
Todos ellos darán
voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros,
y llegaste a ser
como nosotros? Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas;
gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán. ¡Cómo caíste del cielo, oh
Lucero,
hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a
las naciones…” Yo,
Elías, Juan, quien por vez final os vuelvo a llamar;
determiné 500 años antes del
Apocalipsis en Patmos, que con esta descripción
detallada de la identidad
de Satanás, vosotros deberías identificar
plenamente a Lucifer; mas no fue así;
fuisteis sordos, seguisteis creyendo en
su santidad del monte del testimonio,
adorando sus mitos y engaños de Jehová,
Yavhé; porque debéis saber, que
Yo Juan, enemigo principal de Satanás,
protector de
adorado a ningún dios fuera del Supremo Sin Nombre y Sin
Fin; porque sé y
conozco que Lucifer tomó todos los nombres en este mundo y
con ellos se hizo
adorar desde el monte Sinaí y eso os lo advertí: “Tú que
decías en tu corazón:
Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de
Dios, levantaré mi trono, y en el
monte del testimonio me sentaré, a los
lados del norte; sobre las alturas de las
nubes subiré, y seré semejante al
Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol,
a los lados del abismo…”
Y en aquel tiempo salí del mundo de los hombres. Y durante esos 2.500
años,
no hubo respuesta vuestras hacia la verdad; más bien, aumentasteis sus
iglesias
y sinagogas con su diezmo, le ayudasteis a ser “dios” de este mundo
y vosotros
mismos os bautizasteis con él; oísteis a sus sacerdotes y
ministros, tomasteis
de ellos el vino del olvido y su fornicación,
rechazasteis cuanto os escribí
para salvaros de esa perdición: “Mas tú
derribado eres hasta el Seol, a los lados
del abismo. Se inclinarán hacia ti
los que te vean, te contemplarán, diciendo:
¿Es éste aquel varón que hacía
temblar la tierra, que trastornaba los reinos; que
puso el mundo como un
desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca
abrió la cárcel?
Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra cada
uno en su
morada; pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable,
como
vestido de muertos pasados a espada, que descendieron al fondo de la
sepultura; como cuerpo muerto hollado...”
Es falso, es traición a mi Señor de Días que yo haya utilizado el
nombre de
Jehová-Lucifer, el que se dio en el monte del Sinaí; lo haya
utilizado para hacer
la sentencia sobre Satanás, porque muy bien el dijo en
Lucas 11:17-20: “Todo
reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una
casa dividida contra sí misma, cae.
Y si también Satanás está dividido contra
sí mismo, ¿cómo permanecerá su reino?
ya que decís que por Beelzebú echo yo
fuera los demonios. Pues si yo echo
fuera los demonios por Beelzebú, ¿vuestros
hijos por quién los echan? Por tanto,
ellos serán vuestros jueces. Mas si por
el dedo de Dios echo yo fuera los demonios,
ciertamente el reino de Dios ha
llegado a vosotros…” Es maldito, por quienes
tomaron mi testamento y
libro, reescribieron y pusieron las palabras de ellos,
de la sinagoga, en mi
boca.
Yo escribí claramente de Lucifer “dios” de los judíos, el “dios” que
los mata, los ha
hecho su propiedad, el “dios” que les preparó como su
pueblo; escribí de la maldad
de ellos y de su “dios”, la que es destruida
para siempre: “No serás contado con
ellos en la sepultura; porque tú
destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo. No será nombrada
para siempre la
descendencia de los malignos. Preparad sus hijos para el matadero,
por la
maldad de sus padres; no se levanten, ni posean la tierra, ni llenen de
ciudades
la faz del mundo. Porque yo me levantaré contra ellos, dice el
Señor, y raeré de
Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto…” Y
escribí que mi Señor de Días
convertirá su tierra en posesión de erizos, y en
lagunas de agua de brea; y la
barrerá con escobas de destrucción. Y escribí y
fue su juramento y por ello estoy aquí
ahora, porque ha llegado el día grande
para los justos y espantosos para los injustos.
Estoy aquí para quitar de su
templo final, las ovejas de mi Señor, para arrebatarlas
de la boca de ese
lobo de engaño, para que se cumpla la sentencia terrible y espantosa
que el
mismo Señor vertió sobre su templo y raza: Lucas 21:6-8: “En cuanto a
estas
cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra, que
no sea
destruida. Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y
qué señal habrá
cuando estas cosas estén para suceder? El entonces dijo:
Mirad que no seáis engañados;
porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo:
Yo soy el Cristo, y: El tiempo está
cerca. Mas no vayáis en pos de ellos.” Este
es el tiempo, porque ellos dicen ante
los ojos y oídos del mundo, que llega
su meshiaj, el dios de Israel y con él suplantan
a mi Señor de Días: ¡Ay
malditos! ha llegado el día terrible para vosotros; para los
que roban el
espíritu a los justos...
Yo, Juan, prediqué con antelación esta verdad en el desierto de Judea;
allí os
advertí diciendo: arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha
acercado.
Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. Allí vi a
muchos fariseos
y saduceos de la sinagoga de Salomón que venían a mi bautismo
y les gritaba,
como ahora lo hago para que me escuchen los perdidos:
“¡Generación de víboras!
¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced,
pues, frutos dignos de arrepentimiento,
y no penséis decir dentro de vosotros
mismos: A Abraham tenemos por padre; porque
yo os digo que Dios puede
levantar hijos a Abraham aun de estas piedras”… Y el tiempo
pasó: 1978
años se cumplieron y en este momento el hacha está puesta a la raíz de
los
árboles que no dieron fruto de Días; por tanto, todo árbol de ellos es
cortado y
echado en el fuego. Ya no tengo tiempo para bautizarlos en agua de
arrepentimiento;
ahora viene tras mí, aquel cuyo calzado no soy digno de
llevar, el es más poderoso
que Yo; él viene a cobrar con fuego cuanto le
debéis al Espíritu Santo. Yo os lo aseguro:
Su aventador está en su mano, y
limpia su era; y recoge su trigo en el granero,
y quema a Israel y sus 12
tribus la paja, en el fuego que nunca se apaga;
Ahora
Hijo de hombre; di al pueblo que durante tiempos he llamado: ¿Por qué apiláis
pecado sobre pecado y provocáis la cólera del Señor? No améis al mundo
ni a sus
cosas, porque el orgullo y corrupción del mundo es propio del
diablo. Recordad
que el Señor de Resurrección tuvo compasión de vosotros para
salvarnos de la
esclavitud de Satanás, que ha deseado hacer que el sol deje
de brillar sobre la
tierra y que ella sea estéril sin frutos. Desea consumir
a los humanos en el fuego
que quema el rastrojo, quiere tragarlos porque el
Innominado tuvo misericordia de
nosotros y envió a su Hijo al mundo para
quitar la esclavitud de Salomón. El no le
advirtió esto a ningún ángel,
arcángel ni potestad, sino se transformó en hombre y vino
a nosotros para
salvaros. Por esto sois sus hijos así como Él es nuestro Padre. Él
os ha
preparado tronos y coronas en los Shielhos, así decretó y lo escribí para
vosotros: “Todos aquellos que me escuchen, llegarán a recibir los tronos y
las coronas;
a los míos les escribiré mi nombre sobre su consciencia y les
sellaré su corazón sobre
el Mío y nunca tendrán hambre ni sed; y ni los hijos
de la desobediencia tendrán
poder sobre ellos. Los pecadores serán
avergonzados; porque los tronos de la muerte
de este mundo y su Orden los
retendrán y dominando sobre ellos. Escuchad, justos
de la tierra; estad en
guardia contra los impostores que abundarán en estos tiempos del
fin”. Esto testifiqué en mí profecía del futuro cuando fui Elías.
Yo Soy Juan y testifico a todo aquel que oye las palabras de este
libro: que si alguno
añadiere a él las cosas del dragón y sus falsos templos,
el Juez de Días traerá sobre
él las plagas ya en cumplimiento. Y si alguno
quitare palabras esta profecía, el
Innominado ya quita su parte del libro de
la vida del Tercer Día, de
Shielho y de las cosas que están escritas en
su cumplimiento. Yo doy testimonio
de estas cosas y digo: ciertamente este es
mi regreso; ya el Ángel entregó su
Promesa, este fue nuestro amén o
confirmación de que sería, y ahora cumplido
el Rugido, sello mi compromiso de
regresar a
poco tiempo para que Nuestro Señor regrese por vez
final al corazón y vida de los justos.
Esta es la gracia de Jesucristo con todos vosotros. El Final de los
Tiempos.”
(Apocalipsis 22:16-21).
Ya mi Espada con la de Miguel, sale de la vaina; y saliendo marca
Justicia.
Yo Soy Juan, y vuelvo entre vosotros: ¡ENTENDEDME PUES BIEN!
Plaza de San Pedro, Roma 18 de octubre del 2008
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