lunes, 2 de julio de 2012

LOS CÓDIGOS DE MIGUEL - "LAVATORIO FINAL DEL TRONO“ - "Vine a Lavar Vuestros pies".


         LOS CÓDIGOS DE MIGUEL

     LAVATORIO FINAL DEL TRONO
               “Vine a Lavar Vuestros pies”

LA PARTE CONMIGO 
 …Y no escribí libro alguno en la tierra de los hombres; mis libros son 
doradas letras dentro del corazón del hombre, el Templo de toda 
Sabiduría y Saber. En ese tiempo y tierra, los míos escribieron 
Pergaminos para testimonio sobre la humanidad. Mi tránsito 
sobre la tierra, es mi letra sobre el alma humana, los símbolos 
y cifrados del pensamiento espiritual para reformar la mente; los 
 pies que vine a lavar de vosotros; ellos caminan sobre la tierra y 
conducen a cualquier lugar, pero no tienen camino, si la mente 
humana no se dirige al lugar exacto: los pies no caminan sin 
pensamiento, sin corazón, sin propósito… Vine a lavar vuestros 
pies: esos pensamientos y razones tan primarios como los pasos 
 que dais para aprender a levantar vuestros cuerpos; erguirlos 
de la tierra cuando sois niños… “Y sabiendo Jesús que el Padre 
le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido 
de Dios, y a Dios iba, se levantó de la cena, y se quitó su manto, 
tomando una toalla, se la ciñó...” Mi Voz es la mano que os 
lava en esta hora, ella vuelve a llenar los oídos de los hombres. 
Ella se eleva sobre todos los pasos de quienes gobiernan la 
tierra con repertorios de engaño, y no es por el timbre de ella, es 
por el contenido de mis palabras en este final del tiempo de los 
hombres; “Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar l
os pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que 
estaba ceñido. Entonces vino a Simón Pedro; y le dijo: Señor, 
¿tú me lavas los pies?”

 Vine a lavar vuestros pies: Ya estoy sentado sobre mi Segunda 
Venida, irradiando  conocimiento de resurrección tras 
conocimiento de inmortalidad, consejo de inteligencia,
tras consejo de consciencia; mirad el movimiento de mis 
manos y cabeza, llamando a los justos, sentid mi mirada de 
Promesa. Ved el movimiento de mi boca que ejerce poder 
sobre todas las demás bullas de los que no están lavados. 
Este es el momento para los embelesados en la búsqueda 
de la Verdad, que escuchen y aprendan del lavatorio final: 
“Respondió Jesús y le dijo: lo que yo hago, tú no lo 
comprendes ahora; mas lo entenderás después. Pedro le 
dijo: no me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: si 
no te lavare, no tendrás parte conmigo…” Vine a lavar 
vuestros pies; para que comprendáis los símbolos de los 
grandes pilares del conocimiento, cuanto está escrito en 
sus paredes de pensamiento, en sus relieves de 
consciencia, en los dibujos de acabados perfectos 
de espíritu, en tintes y colores maravillosos del sentir, 
en donde se graba la historia y las palabras de gran 
altura, para que permanezcan en el interior de los 
hombres, ante las razones y los pasos injustos de las 
mentes que caminan sin horizontes, sin el futuro 
y la generación de Luz, a donde todos los hombres 
 que se lavan, en determinada fecha deben llegar: “Le 
dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también 
las manos y la cabeza. Jesús le dijo: el que está lavado, 
no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y 
 vosotros limpios estáis, aunque no todos…” Vine a cuantos 
permiten que llegue a ellos, porque no todos los hombres 
pueden ser poseedores de esta riqueza, no todos pueden 
permanecer en ella: “Así que, después que les hubo 
lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo:
 ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis 
Maestro y Señor; y decís bien, porque lo Soy.” Sois los 
libros viejos y polvorientos guardados en cofres, entre 
tumbas y cuevas del tiempo; en vosotros Yo escribo mi 
 sabiduría, mi conocimiento y ayuda; sois los libros 
vivos del Trono del Anciano de Días: “cuyo vestido es 
blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como 
lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del 
mismo,  fuego ardiente. Un río de fuego procedía y 
salía de delante de él; millares de millares le servían, 
y millones de millones asistían delante de él; el Juez 
se sentó, y los libros fueron abiertos” (Daniel 7:9,10).

 Este es el lapso del lavatorio para esta final generación 
terrestre, porque Pedro es el hombre que en su razón y 
mente, no comprende a qué le envié a la Tierra. Cuál es 
su  compromiso conmigo y con él; no comprende porque 
no es humilde y justo; no es él. Yo lavo los pies a quienes 
conocen sus encarnaciones anteriores, escucharon 
mi palabra, la comprendieron y aplican en esta hora 
cuanto os dije…Venid a mí todos los que estáis trabajados 
y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre 
vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de 
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque 
mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” (Mateo 11:25-30). Y 
quien no se lava, NO TIENE PARTE CONMIGO: no puede 
acercarse a mi Templo de grandes pabellones de 
conocimiento, de altura de pensamientos, de construcción 
de mentes y forma de razones; donde se encuentran 
corazones de colores maravillosos y la Verdad filtra sus 
rayos y causa prodigios del Arco Iris. En este sitio 
permanecen los pocos lavados que tienen acceso a sus 
libros, a su pluma en la mano; quienes escriben, meditan 
 y prenden sus voluntades para permanecer embebidos 
en cuanto aprenden del conocimiento. Allí donde hay 
mucha Luz de consciencia, donde llegan los pasos limpios 
y voces de quienes buscaron y fueron llamados por la 
Verdad y la Justicia Universal.

Vine a lavar los pies de los Míos; para conduciros primero 
al altar de la mente y conocimiento del pequeño Disco 
Dorado de identidad; para uniros con vuestros  hermanos 
estelares, quienes han visitado y engendrado la Tierra
vuestra genética  espiritual a la que pertenecéis. Allí en 
ese lugar, en el pabellón central cuelga del techo y de 
un hilo dorado, el emblema de ¿Quiénes sois? Hay 
muchos arcos que cuelgan; ellos marcan las etapas 
universales y venidas espirituales que se os han 
brindado para ser Hombres. Todo el Símbolo es 
dorado, de la hermandad central de la Galaxia de 
donde viene la Luz.

El disco no tiene ninguna insignia, es liso totalmente 
como la mente del hombre cuando se limpia, talla 
y pule para reflejar la Luz: queda vacía de las razones 
emociones del mundo… el pequeño altar está 
vigilado por la consciencia universal, el aceite 
prendido continuamente; es la llama que alumbra 
los mundos, que engendra mentes y consciencias 
y huele a pensar humano, a razón y carne del hombre 
universal: allí el pebetero pulcro, tallado de fino encaje 
de seda encima, recuerda el origen preexistente; 
el equilibrio y la perfección universal a la que 
 pertenecéis y en la que tenéis que caminar al 
revivir vuestros pasos de identidad final.

El fuego que eché sobre la Tierra arde en sabiduría, 
por esto finalmente lavo los pies de los míos, los que 
no son del mundo, como antes os dije cuando estuve 
entre vosotros: “Y ya no estoy en el mundo; mas 
éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre Santo, 
a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, 
para que sean uno, así como nosotros. Cuando 
estaba con ellos en el mundo, los guardaba en 
tu nombre; a los que me diste, los guardé, 
ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, 
para que la  Escritura se cumpliese. Pero ahora voy 
a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi 
gozo cumplido en sí mismos. Yo les he dado tu 
 palabra; y el mundo los aborreció, porque no 
son del mundo, como tampoco Yo Soy del mundo. 
No ruego que los quites del mundo, sino que los 
guardes del mal. No son del mundo, como tampoco 
Yo Soy del mundo. Santifícalos en tu Verdad; tu 
palabra es Verdad.Como tú me enviaste al mundo, 
así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me 
 santifico a mí mismo, para que también ellos sean 
santificados en la Verdad. Mas no ruego solamente 
por éstos, sino también por los que han de creer 
en mí por la palabra de ellos, para que todos sean 
uno; como tú, oh Padre, en Mí, y Yo en Ti, que 
también ellos sean uno en nosotros; para que 
el mundo crea que tú me enviaste.” 

Vine a lavaros, para que no estrujéis contra vuestro pecho más de lo 
necesario: “vuestra vida. Porque aquel que le tenga mucho apego a ella; 
la perderá. El que se desprenda de ella por las verdades que resucitan 
mundo, aún por su amigo; la encontrará. Es un juego de palabras, 
y el que encuentre y comprenda mis parábolas, encuentra la luz de la 
vida. Porque el que ame mucho lo que tiene, lo perderá. Y el que ame 
en gran manera al planeta y lo que en él está; encontrará su vida 
para no perderla jamás”. Vine para que toméis conmigo cuanto os 
pertenece: los libros sólo tocados por los Grandes Maestros de la 
Creación; la historia del hombre, su nacimiento y muerte en cada 
reencarnación y vida eterna; la procedencia del hombre desde los 
confines universales en donde fue creado, hasta los confines del 
más alto conocimiento donde llegará; los símbolos y señales de 
compresión, las manos de Dios y Hombre tomadas de frente así; 
hacia arriba de sus Universos y abajo de sus planetas de habitación.

Viene a lavaros para siempre: hablar cara a cara, pensamiento a 
pensamiento, corazón a corazón con vosotros; “a dar vestiduras a 
los intrépidos y a los que persisten y se visten de amor, porque ya 
no sois corderos; ya vuestras nuevas prendas son mi energía viviente 
que mueve los mundos, que engendra hombres, mentes y conciencias. 
Hablar directamente y lavar los pies de quien cabalga en la doctrina 
del amor y enciende para sí la lámpara y lee y escudriña y comprende; 
porque el conocimiento y el saber y la llama suprema que se 
 enciende, no se apaga jamás; allí está el alimento del hombre, 
el hálito de la vida, el camino de los caminos, la historia de la 
historia del hombre.” Y llegó el momento esperado por el Trono: 
“ahora permitiré que caminéis por todo el Templo; porque escrito 
está, que el cognocimiento saldrá de aquí y de aquí saldrá mi Voz 
para las personas como tú, que humildes se forjan en el fuego 
y el viento, entre el agua y el sabor a tierra, para que encuentren 
en los elementos el espíritu; logren la conformación de paciencia 
y comprensión para formarlo.”

Ya Mi Voz extiende sus manos; “porque Yo Soy el que da Vida y también 
Soy el que la prepara lavando hoy vuestros pies; y en Mis Manos está 
el dar Vida Eterna. De mi nunca se dirá, ni se hablará que he traído 
muerte a este mudo. Y limpia tengo mis manos porque mi Padre 
es mi Testigo. No traigo la muerte a nadie. La muerte sólo la 
encuentra quien la busca. Porque Yo Soy Vida y vida es mi nombre. 
Y mi vida la entregué para tomarla y para que todo en que en Mi 
crea, no se pierda más, tenga vida Eterna. Yo os doy parte de mi 
Aliento; y es llegado el día de rasgar las vestiduras ante mi Padre 
para dar testimonio ante los hombres de que traigo vida y Vida es 
mi nombre.
He dado amor, y Amor es mi Nombre.
He dado Cognocimiento, porque Saber en Mi Nombre.
He hablado Verdad, porque Yo Soy la Verdad, y en mi se encierran 
todas las cosas y Potestad es mi Nombre; y he sido con ustedes 
en el Principio, y estoy con vosotros hasta el Final.
Y si alguno de vosotros entiende y comprende mis palabras y 
se acerca a Mi: Yo le daré mi mano fuerte y le cobijaré con mi 
Manto y le daré a probar el Amor Eterno que baja desde los 
Shielhos para que sea un Hombre Nuevo, para que se adoctrine 
conmigo y Yo con él, para que él Hijo del Hombre no se pierda 
y él y Yo seamos UNO, para que él y Yo seamos en Mi Padre 
y mi Padre sea siempre conmigo y todos vosotros con ÉL. Ya 
podéis reconocerme. Podéis ver que Yo os doy vida Eterna. 
Y si tú me sigues, jamás padecerás de sed y de hambre, 
porque Yo Soy el buen Pastor y os recojo con mis manos y 
os doy Mi Vida por vosotros.”

Vine a lavar los pies de los grandes para que sean humildes y d
e los humildes para hacerlos grandes: dejad que os lave en esta 
hora final; pues si Yo, el Señor y el Maestro he lavado vuestros pies, 
vosotros también debéis lavaros los unos a los otros; esta es la 
 Justicia de la Ley.

Ejemplo os he dado para que como Yo os he hecho, vosotros 
también hagáis. De cierto, de cierto os digo: el siervo no es 
mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. 
Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.

Y no hablo de todos vosotros; yo sé a quiénes he elegido para 
que se cumpla la Escritura (Juan 13). Porque, ¿cuál es mayor, 
el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se 
sienta a la mesa?

Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve (Lucas 22:27). 
Así pues, “la gloria no está en ser grande sino en servir”: mirad bien 
a los reyes y poderosos de la tierra, son grandes pero no sirven 
al propósito del hombre y cuando mueren, su gloria pasa; no 
queda nada de ellos en el reino de los Shielhos, donde 
es grande el humilde; el que sirvió a los demás. Ahora 
comprended a qué os he llamado: pues ningún siervo puede 
servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al 
otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis 
servir a Dios Justicia y a las riquezas orgullo; sed humildes 
n esta hora para que tengáis parte conmigo. 

POR ESTO VINE A LAVAROS de la falsa verdad y justicia, pues no 
podéis intervenir en la Ley, hasta que estéis lavados ¿Cómo podéis 
decir Señor, sin lavaros? Los que caminan dirigidos por sus 
razones dobles como pies, la injusticia y la ignorancia: son los 
judas que estando cerca mí y no están limpios, el diablo pone
 en su corazón entregar a sus hermanos a las tinieblas que ya 
oscurecen el mundo. Sólo lavados podéis sacudir el polvo de 
vuestros pies: “Y si en algún lugar no os recibieren ni os oyeren, 
salid de allí, y sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, 
para testimonio a ellos. De cierto os digo que en el día del juicio, 
será más tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra
que para aquella ciudad” (Marcos 6:11).    

Y Yo os hablo siempre de Vida, y si entregáis conmigo este 
conocimiento, lavad vuestros pies y los de vuestros hermanos; 
ya sois llamados Hijos de Dios.

Lugar  donde asesinaron a Pablo. Roma 24 de Noviembre del 2008
                                           RAM-RI-DAM, ES MI NUEVO NOMBRE.




 Si ya leíste esta parte de LAVATORIO FINAL DEL 
TRONO y si el interés te anima a continuar, debes 
poner tu voluntad en acción y DEJARTE GUIAR 
a las siguientes páginas, en el orden que se te 
ofrece.  Es una mecánica del espíritu, por eso 
 debes leer bien esta parte y luego continuar…

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